18 de julio – Mar del Plata
EL MITO DE LA SOJA
Desgravaciones de la Lic. Silvana Buján de las conferencias del mismo nombre realizadas en Mar del Plata.
Por: Don Jorge Eduardo RULLI
…Permitió la consolidación de un sistema. Nosotros cuando hablamos de la soja estamos hablando de un sistema mundial. La soja no solamente es una planta que nos puede gustar o no. La soja es un sistema mundial, es parte indisoluble de la globalización. La soja que nosotros comemos, que comen los indigentes, que les provoca a las nenas menarcas anticipadas, y a los niños les provoca desórdenes hormonales, ha fijado un rol a este país. Este país era un país productor de alimentos y ahora es un país productor de forrajes. Pero también fija estándares de comida en Europa donde la proteína animal se hace en encierro, con este mismo tipo de alimentos, con forraje, y donde la señora que usa cosmética barata de cocina que utiliza luego de lavar los platos, esa cosmética también está hecha sobre la base de la lecitina de soja transgénica argentina.
Donde los países del este como Polonia cuando entran en la Unión Europea acuerdan la canalización de sus ríos, para adaptarlos a la fabricación de barcazas de Alemania, las mismas fábricas de barcazas que diseñaron la Hidrobia Argentina, a la medida de sus barcazas. Para transportar soja. ¿Y por qué en Polonia para transportar soja? Porque Europa tiene muy claro que en 4 o 5 años nosotros somos ALCA y definitivo patio trasero de los EEUU y que necesitan otras republiquetas sojeras, y esa republiqueta es Ucrania, y está todo preparado para que sea Ucrania. Nuestro destino de país forrajero tiene pocos años por delante.
Les digo esto y les cuento que un champú en Alemania hecho con lecitina de soja argentina vale 2 euros nada más, cuando hecho con otro emulsionante vale 4 o 5 veces más. Para tratar de expresar que la soja es un modelo, es un sistema mundial, y que aquellos reformistas que en la argentina aceptan las nuevas escalas de producción y que se proponen los 100 millones de toneladas de exportación de granos y estoy hablando también de la izquierda progresista, pero lamentan también que tantos pequeños productores hayan quedado al margen del sistema y que haya tantos piqueteros con hambre. Son tan ingenuos como si un estadounidense, en épocas de la guerra civil hubiera querido liberar a los negros del sur, pero dejar intacto el sistema de la estructura de la producción de algodón. El algodón iba con la esclavitud, era parte del paquete. Y la soja es un paquete tecnológico. Hoy en el gobierno, están llegando diferentes sectores progresistas en Secretarias de Agricultura, sobre todo, en el INTA, que plantean (y voy a repetir lo que dicen) “El problema no es estar a favor o en contra de los transgénicos, si no de quien los maneja”. Esto demuestra una ignorancia absoluta. El 99% de la soja en el mercado internacional mundial, lo maneja una sola empresa: Monsanto. ¿Quién va a manejar la biotecnología? El INTA hace experimentos en biotecnología. Por ejemplo, la peste negra en el tomate. Pero trabaja para las transnacionales, ¿a quién le cabe duda? ¿Quién paga esas investigaciones?
Al INTA se lo podría haber privatizado hace mucho tiempo. En realidad del INTA el Estado argentino paga la luz, el sueldo básico. El resto del sueldo lo pagan las empresas. Nosotros hemos devenido no solamente en una republiqueta forrajera, sino que hemos devenido en un dominio colonial de las empresas transgénicas.
Este es un tema, yo sé que impacta, y nosotros mismos con mucho esfuerzo hemos logrado develarlo en los últimos años, porque no entendíamos bien cómo había ocurrido, pero algunos compañeros empezaron a recordar que en el 89, pertenecían al Foro Justicialista Agropecuario, y que habían diseñado planes para el gobierno que ganó, el de Menem, y que en medio de la hiperinflación el que era vice, Duhalde, los convocó y les explicó que lamentablemente todo lo trabajado no se iba a poder aplicar porque Menem había llegado a un acuerdo con las semilleras para entregarles el Ministerio de Economía y permitirles que diseñaran el sector rural. Y así fue.
Tuvimos dos ministros de Bunge y Born, uno de los 4 grandes agro exportadores de la Argentina actual. Y ellos diseñaron al sector rural. Y hubo un funcionario de Cavallo, Ingaramo, que se fue de boca en un momento dado y dijo que 150.000 productores rurales iban a quedar fuera del sistema. Hubo un gran escándalo, se dijo que no era así, y en realidad fueron el doble los que quedaron fuera del sistema. Las últimas cifras del INDEC indican claramente el perfil de la Argentina como país forrajero, con un 25 % menos de unidades productivas. En la provincia de Buenos Aires este índice se eleva al 30%. O sea que en los últimos años hemos perdido un 30% de unidades de producción. Pero los efectos son mucho peores, hay mucha gente que todavía tiene algunas hectáreas de tierra, pero ya no las trabaja más. Da lo mismo de quien es, hay gente que estaba en el programa social agropecuario con dos hectáreas y se han pasado a la soja.
O sea, viven en el pueblo, y esas hectáreas las integra a un pool de siembra, no importa de quien es la tierra, el territorio argentino está en manos de la soja. Y en este momento, a diferencia de hace muchos años, en que nosotros venimos diciendo esto y nos lo negaban, esto es una preocupación generalizada, inclusive de sectores insospechados, de algún pensamiento extraño, por ejemplo el diario La Nación y el diario Clarín.
Por ejemplo este titulo es muy fuerte: EL MONOCULTIVO DE SOJA ES UNA TENDENCIA CON UN FUTURO PELIGROSO. Esto es, julio de este año, 1100 personas reunidas para debatir cual es el futuro Argentino. Clarín “La Argentina, cada vez más dependiente del cultivo de la soja. O sea, los sectores que han aprovechado este modelo, se muestran preocupados.
Es muy interesante presenciar los debates de ellos. La izquierda progresista urbana, todavía no lo advirtió. No entiende que llegó al gobierno de una republiqueta forrajera, absolutamente vulnerable. Donde cambia el precio internacional de la soja, esto va a ser el remezón sobre nuestra vida cotidiana, va a ser fortísimo, porque el estado argentino depende de las retenciones, que son el 20% Días pasados el Director de la aduana redescubrió las triangulaciones. Hace un año lo denunció Página/12. Las 4 empresas agroexportadoras de Argentina que se beneficiaron de estos monocultivos, venden a un precio inferior al real, y a sus propias oficinas en Bahamas, en Montevideo, y hacen triangulaciones, de modo que pagan el 20% sobre estas cifras simuladas, de modo que el estado pierde muchísimo dinero.
Esto lo están haciendo hace años, se lo está redescubriendo en este momento. Confiamos en que se tomen medidas, no va a ser fácil, porque está tocando a los dueños de la Argentina, y lo que es peor, los dueños invisibles. Y este es el tema que a nosotros nos convoca hoy. Si la Argentina sojera, si los monocultivos de soja son un escalón invisible en el debate político argentino, es porque los principales protagonistas están de acuerdo en no discutirlo, porque no lo ven o porque acuerdan, es una situación terrible. Si estamos todos de acuerdo en discutir de quién es el pan, pero no estamos dispuestos a discutir el modelo de país, es muy grave.
Y no necesariamente hay mala fe, puede haber una mentalidad cerradamente urbana que se niega a ver la realidad de la Argentina profunda. Por eso estos discursos nuestros, por eso este esfuerzo que estamos haciendo. Como nunca, estamos en todas las radios, en todos los medios tratando de hacer visible la situación de la Argentina forrajera. De entender que nos cambiaron el rol de país. Que la izquierda progresista entienda que no es un país capaz de alimentar a 300 millones de personas, como ellos dicen, como repite tanta gente. Con enormes dificultades para entender que la Argentina cambió. Nos estamos moviendo en un país diferente, nos estamos manejando con espejos que reflejan lo que fuimos.
Durante toda la vida la Argentina tuvo una seguridad alimentaria tan fuerte que podíamos quedarnos sin empleo, ser pobres como fuimos casi todos nosotros cuando niños, como fueron nuestros padres en la década de los 30, pero la comida en la mesa de los argentinos estaba asegurada.
O sea, no podemos aceptar el hambre, lo leemos y no lo integramos a nuestra vida, que haya más de diez millones de personas hambrientas. Y que la Argentina está falsamente alimentada. Nos están alimentando con forraje en todo lo que comemos. Esto es inadmisible, y políticamente no lo podemos expresar y si no podemos, no podemos salir de esta encerrona.
Por eso la necesidad de que haya talleres, y debates, que de aquí salga un ida y vuelta de preguntas, de reflexiones, de comentarios, para tratar este tema. Cuánto ha cambiado nuestra vida y a nuestro destino como país la soja, y sobre todo la soja transgénica, en un paquete que se compone de siembra directa, herbicidas de Monsanto y soja RR, que es la soja resistente al Roundup, la soja resistente de Monsanto. Y esta idea de que la argentina puede alcanzar las 100 millones de toneladas y a la vez ser un país con fábricas, es una tontera.
Días pasados un economista, Julio Nudler, decía “O exportamos torta de soja o exportamos camiones. Las dos cosas no pueden ser. Lo que beneficia el valor de la moneda dólar, que beneficia a los exportadores de soja, impide a los industriales despegar”. Y por eso nos llenamos de productos brasileños.
¿Cómo no podemos comprender esto? Es una opción de país. El problema es que si no está en la agenda, estamos perdidos. Tenemos una situación bastante buena desde el punto de vista del gobierno. El viejo modelo neoliberal se hundió y lo que tenemos ahora es una nueva democracia con un presidente muy activo, muy lúcido, que probablemente este tema no lo vea, pero que está creando las condiciones como para que podamos hablar de esto, y que esto se pueda resolver. Pero depende en gran medida de nosotros.
Por que este sector de la clase media al que expresa Kirchner es un sector que le ha dado tradicionalmente la espalda al sector rural. Tenemos que modificar esto: no están ya más en el gobierno los personeros de las empresas pero está gente que no lo ve.
Tenemos que elevar la voz como nunca. Y esto depende de cada uno, de los consumidores, de los ecologistas, de los ingenieros agrónomos, por que este modelo de la soja, y hace poco nosotros se lo escribimos a Techint, que intentó, antes de las últimas elecciones enfrentar a los sectores agroexportadores y las cadenas alimentarias en la UIA y perdió por paliza.
Los sectores agroalimentarios y agroexportadores se identificaron con Menem y este sector de burguesía italiana se identifica con Kirchner. ¿Qué propuesta tiene? Una Argentina productivista, así en grandes líneas, nosotros en una carta le decíamos: Si por alguna ingeniería electoral ustedes hubieran ganado la UIA, la pierden cuando vuelven a sus casas, porque todo lo que estamos comiendo tiene una base de soja, desde los salamines, las morcillas, los alfajores, las hamburguesas, los chocolatines, todo se hace con lecitina, margarina, proteína de soja.
Todo lo que es proteína industrial en Argentina tiene una base hasta, a veces, el 80% de soja transgénica. Y también le decíamos: la batalla también la perderían con sus hijos en la universidad. Porque también los paradigmas de estas grandes compañías han implantado en la universidad argentina son los del modelo neocolonial transgénico, biotecnológico, en la Facultad de Ciencias Exactas la visión de la co-evolución prácticamente ha desaparecido. Los biólogos salen preparados para cortar y pegar genes. Con un absoluto desprecio por la historia de la evolución de la naturaleza.
En la facultad de ingeniería los chicos que se reciben de agrónomos salen con una visión nula de la rotación de cultivos. Salen para incorporarse a un paquete de dependencia. Salen con una visión nula de lo que son las cuencas, salen para hacer obras con mucho cemento, como le interesa a Amalita Fortabat, salen para hacer puentes, para hacer diques. Las consecuencias ustedes las ven en Santa Fe.
Durante años el modelo sojero, todo lo que es la cuenca del Río Salado, el Tucumán, las yungas de Salta y de Jujuy, la zona de lagunas de Córdoba, de pantanos en Santiago, toda esta enorme cuenca, es la cuenca de siembra directa por excelencia. Aquí se han barrido los bosques nativos, los pantanos, los humedales, se esta cortando las yungas en el piedemonte de salta y Tucumán, para extender los cultivos de soja, desplazando a la lenteja (no tenemos más lenteja) desplazó al algodón desplazó los tambos, tenemos que comprar leche al Uruguay. Y ahora desplaza selva. ¿Qué pasa con el agua? No hay nada que la morigere. No hay nada que atempere la crecida, y el resultado fue Santa Fe.
Es el fruto natural de un modelo extractivo, casi minero, de manejo agrario. El nuevo panorama es una gran mancha de siembra directa, con enormes maquinarias y sin gente. Nuestra conducción política se sorprende, cuando ellos son grandes productores. ¿Cómo se va a sorprender Reutemann si tiene 40.000 hectáreas? Cómo se va a sorprender el vicegobernador que es un desembozado lobbista de las transnacionales, fanático de la biotecnología, se sorprende de lo que pasó en Santa Fe.
¿Son tan necios? No podemos entrar en el juego de ellos y echarle al intendente la culpa porque no avisó, o a no sé quién porque no terminó las obras. No es un problema de obras, es un problema de cuenca, el concepto de cuenca no está. El problema se resuelve en Salta, en Tucumán, en Santiago.
¿Por qué hay problemas con los campesinos del MOCASE en Santiago del Estero? Por el cambio climático, hay zonas que antes eran desérticas que se han humificado y ahora los sojeros están ahí, y sacan verdaderos o falsos títulos de las tierras y tratan de sacar al pequeño campesino. Y ha habido tiroteos, detenciones, expulsiones, y está el MOCASE luchando por esto.
Días pasado estuvimos con ellos y les dijimos que creemos que más allá de las ilusiones de los sectores que desean ir a ayudarlos a Santiago, por más que vayamos a ayudarles, por más que traigamos miel del monte para venderla en Bs As y poder mandarles el dinero que necesitan para sobrevivir, ustedes en un año están perdidos, no va a quedar ninguno. Y me daban la razón, porque la soja es un monstruo imparable, como dicen los norteamericanos, sobre todo cuando el estado no tiene políticas.
A los campesinos de Santiago como a los de Formosa, que fueron arrasados por la soja se los puede salvar dando la batalla en los grandes centros urbanos, donde se discuta este modelo, qué país queremos, qué paradigma queremos, qué batallas vamos a dar para recuperar nuestra identidad cultural y el diseño de país que pretendemos.
Yo tengo la sensación que este gobierno está asumiendo en un momento en que va a tener que atender numerosos colapsos que se vienen en simultáneo, y sin mucha conciencia de cómo se dio ésto. Lo de Santa Fe es un colapso, hay otro en la provincia de Bs As. 6 millones de hectáreas bajo el agua, hace dos años. En zonas donde nunca llovió, esa inundación implica que el agua llega por la napa desde la pampa ondulada hasta la pampa deprimida, por un mal manejo que tiene que ver con el modelo agrario en el nivel nacional. Hasta ahora no hay ninguna reacción, no hay presiones de la opinión pública para ver qué se hace con esas zonas con agua. Nosotros en zonas colmatadas como Junín, por ejemplo nos reclamaban cursos de talabartería,… y no entendíamos qué pasaba. Es que en esas zonas colmatadas de agua han tenido que volver al caballo, han tenido que desechar los cuadriciclos que usaban para recorrer los potreros. Y al volver a usar los caballos, no tenían riendas, y están usando riendas de china, de Taiwán, de nylon, que lastiman la piel al caballo, no hay gente que haga riendas. Y esto también es el modelo de la soja. La cultura rural argentina ha sufrido un golpe casi mortal, ha habido un desplazamiento masivo de todo lo que hay en el campo a la ciudad, pero también de sus artesanos, de sus músicos, mil pueblos en estado de extinción.
Hace poco en el Foro Social Mundial, estuvimos con Galli invitados por la central Obrera brasileña, en Porto Alegre, y en un taller sobre la soja, organizado por la central obrera brasileña (esto es impensable en Argentina) que es la central de trabajadores nos convoque para hablar de la soja. Ahí un ingeniero agrónomo dijo “En los años 80 de toda la América Latina, la agricultura más moderna, de más elevada tecnología, la agricultura más desarrollada por lejos era la de la república Argentina”. Y agregó: “Y por eso fue la que se entregó, y por eso fue la primera en abdicar ante las transnacionales”.
Ellos con sus campesinos aferrados a la tierra, con sus pequeñas parcelas, con las familias que tienen semillas propias están resistiendo a este modelo que no es más que el modelo del ALCA. La Argentina ya hace muchos años que bajó las banderas, y cuando digo la Argentina digo las organizaciones del campo, como la Federación Agraria, que han acordado hace mucho tiempo, que se quejan por las consecuencias del modelo, y no por el modelo mismo, y ésta es una diferencia sustancial, que nosotros hemos intentado debatir en diferentes campos, tanto en centros profesionales de ingenieros como dentro del ARI, dentro de la CTA, con suerte diversa, pero con grandes dificultades para que el común entienda de lo que se está hablando.
Hablamos de los colapsos. Aquí dice (Rulli muestra un recorte) “La soja es una maleza”, La Nación, de hace una semana. Porque la soja guacha, como las malezas tolerantes del glifosato toman los nutrientes y la humedad del suelo, perjudicando el próximo cultivo. Entonces propone gramoxone más glifosato. La semilla de soja está adaptada al glifosato, pero la soja guacha resiste el glifosato, la quieren erradicar porque hacen barbecho químico, se deja la tierra muerta.
Otra de las causas de las inundaciones, no hay evapotranspiración. El suelo permanece desnudo durante varios meses. Pero a la soja guacha no hay con qué darle. Y aquí dice “Y las malezas resistentes al glifosato”. O sea, hace 5 ó 6 años, el INTA juraba que nunca iba a haber malezas resistentes al glifosato. Hoy hay muchísimas. El paquete tecnológico en le que se basa toda la tecnología argentina ya no tiene sentido. Es una situación terrible, por eso se preocupa La Nación, porque si toda la economía está basada en un solo tipo de semilla que cubre 13 millones de hectáreas, y esa semilla juega con un solo patrón agroquímico que se llama Round Up de Monsanto, y eso no puede erradicar la maleza, entonces, ¿qué hacemos?
Esto es gravísimo, lo ve La Nación, todavía no lo ve el presidente porque no es un hombre del campo. Hace poco, en un encuentro que se llamó plantearon: para combatir la maleza habría que doblar la cantidad de glifosato que estamos usando. ¡Pero estamos usando 150 millones de litros por año! ¡Usar 300 millones significa una situación inimaginable! Porque con 150 millones ya no hay ni perdices en toda la provincia de Entre Ríos, la cruzamos entera y no vimos ni una perdiz, no hay más liebres, no hay lombrices, no hay microvida en el suelo, no hay vida bacteriana.
La situación es sumamente grave, tengo la esperanza que en algunas conversaciones que ha tenido Kirchner en Europa algunas personas se lo hayan planteado. Durante el menemismo el Mercado Común Europeo fue nuestro enemigo, insistimos en venderle lo que ellos no querían. Lo primero que le planteó el primer ministro alemán a Kirchner fue el tema de los transgénicos. En la ONU una organización internacional ha presentado una denuncia contra la argentina por la ingesta de soja, es un genocidio, es el único país donde los indigentes comen soja transgénica.
Ing. Agrónomo Alfredo GALI
En estos ámbitos de ecología, hace unos años éramos pocos, ahora vemos que aparecen los nutricionistas, los médicos, los pediatras, que han dado grandes señales sobre lo que ha afectado el modelo sojero, los síntomas. Pero no se fue todavía a la raíz.
Un poco, el gremio agronómico es el cómplice de este modelo. Hasta que uno u otro empiece a saltar la barrera. Están empezando, es interesante ver como hay un INTA de MANFREDI que lo está denunciando. Es interesante abrir la página y ver cómo están denunciando todo lo negativo que han hecho, desde el punto de vista técnico. Y ayer estaba viendo en el INTA RAFAELA un trabajo bastante largo sobre desarrollo local y habla de los desplazados por el modelo, por primera vez un INTA da una señal interesante, como Instituto Nacional, lo de nacional debe ser más que una palabra. La aparición de la soja con la desaparición de tambos, pequeños productores.
El panorama es negro. Pero por otro lado hay gente en positivo, somos pocos, los ecologistas en términos nacionales son pocos, pero tenemos el deber en trabajar como fermento para que todo este tema se vea. Empezar a imaginar el cambio de paradigma.
El actual no se sostiene, está explotando. Tenemos que empezar a denunciarlo en todos los ámbitos y apuntar a un desarrollo local absolutamente distinto, empezar a pensar distinto y aprender de otros países que han rescatado la agricultura de los pequeños productores, y paisanos, los llamas.
A mí me descolocaron varias veces, porque decía: “paisano no se dice”, pero paisano viene de paisaje, precisamente porque ellos están insertados en ese ambiente, no es un mar donde no se ve ni un puestero. El latifundio actual es peor que los latifundios de 20 o 30 años atrás, cuando en esos latifundios había varios puesteros que vivían de ese latifundio. Hoy en día no se necesita ni al peón rural. Es aterrador si uno lo mira, porque no hay gente en el campo. El nuevo paradigma está hecho de muchísima reflexión para saber adónde apuntamos, no una reflexión adolescente de crítica, sino que tenemos que empezar a pensar e implementar cosas desde la más sencilla, detectar esos pequeños grupos de agricultores, empezar a relacionarse cara a cara con el agricultor, y trabajar por el desarrollo local.
Los proyectos e instituciones nacionales empezaron hace algunos años atrás, cuando el hambre en la Argentina no existía, se empezó con el tema de las huertas, pero la macana es que eso quedó en un kiosco, esos proyectos se transformaron en proyectos corporativos en los que cada cual pensaba en sus sueldos como técnicos, y no se vio que el camino señalaba que había que seguir evolucionando para apoyar tecnológicamente, agronómicamente a los pequeños productores.
Como que no se entendió que la huerta era insuficiente, y que había que dar pasos mayores. No se entendió, incluso en los institutos, los grupos orgánicos, tampoco entendieron el deber social de este tipo de agricultura, la agricultura orgánica tiene un deber moral y tiene un deber hacia la sociedad que no se le ha visto. Lo orgánico se ve pero para exportar. Eso de nuevo es un error también de pensar que están viviendo en un país en islas. Todo ese tipo de discusiones es lo que nos motiva para que nos juntemos y veamos que es posible una agricultura de 2, 3 10 hectáreas es recontra posible. No es volver a la caverna, es volver hacia atrás, con las rotaciones de cultivo, en vez del monocultivo, es usar la cabeza del técnico, hay muchísimo trabajo por hacer para los agrónomos, mucho más que los que ofrecen las multinacionales, todo un tema a desarrollar y muchos ejemplos de la ventaja comparativa.
En los ámbitos del pequeño productor, lo que también se rechaza en los ámbitos tecnológicos. En el ámbito tecnológico se está maravillado por la enorme maquinaria de 300 mil dólares, cosas inalcanzables para el pequeño productor, de esta manera cualquiera con plata compra y accede a esta tecnología sin tener que usar la cabeza. Usar la cabeza es volver a la agricultura, volver a los agrónomos, y volver a la ventaja comparativa de los mejores alimentos.
Nosotros estamos comiendo soja que no sólo es un forraje, sino que es un insulto para nosotros, nuestro país y nuestros pobres. También nuestra papa. La spunta es una papa forrajera. ¿Podemos como sociedad aceptar semejante maltrato? Porque lo que manda no es el agricultor de una conciencia de trabajo, de cariño, de arraigo con la tierra, sino una mentalidad absolutamente mercantilista. ¿Se puede romper? Sí, se puede romper, pero cuando estemos todos convencidos y todos como sociedad pidamos una agricultura para nosotros. Es un camino muy interesante y tenemos todas las de ganar porque somos mayoría. El tema es que nos juntemos, esos 10 millones, o los 20 millones, si nos llegamos a poner en movimiento, no nos para nadie.
Es interesante que nos pongamos a pensar para saber cómo, un poco la idea es ésa, nadie menos mal, nadie tiene la receta, que acá nadie viene con la receta. Tenemos que juntarnos los agrónomos, los agricultores, y las pequeñas artesanías también, eso es interesante, el pequeño agricultor. (El expositor refiere un caso acerca de la pasteurización de la leche en los tambos).
En vez de comer soja, nosotros tendríamos que estar comiendo legumbres, la mejor arveja, habas, garbanzos, hechos en nuestro país, pero todo eso es un tema muy extenso, pero solamente esperamos tirar un poco el estímulo con este tema de proteccionismo o subsidios, que no es por casualidad que está instalado.
El proteccionismo europeo nos hace estar aliados, a nosotros los argentinos, con EEUU para presentar una demanda a la OMC contra la Unión Europea para que compre transgénicos sin etiquetado, nos estamos aliando con lo peor, y con lo que nos va a caer en contra a nosotros como consumidores y a nosotros como productores.
La moraleja en positivo es pensar que sí podemos, que como ciudadanos tenemos el derecho a tener los alimentos de mejor calidad, pero a su vez tendríamos que exigir que exista una agricultura y agricultores a ese nivel y a esa escala, no al nivel que esté buscando solamente la exportación sino agricultores que piensen en el mercado interno. La moraleja es apelar al sentido común, esto es sencillo, romper con muchísimos mitos, la agricultura debe ser de 100 ha como mínimo, y poder instalar el tema en la sociedad, ¿en los otros países qué ha ocurrido? Los consumidores se resisten en democracias reales. El consumidor (no crean que son los gobiernos los que no quieren alimentos transgénicos), los gobiernos tienen que aceptar lo que opinan la mayoría del pueblo, ellos están también muy contaminados por sus compañías químicas, en Europa son poderosísimas, y sin embargo han tenido que escuchar a sus ciudadanos.
Es una invitación para que continuemos el debate, esto es interesante, es multidisciplinario este encuentro, acá viene gente de todas las disciplinas, y estamos tratando de crear, imaginar, iniciar el camino del desarrollo local.
alfredoe_g@hotmail.com
Dr. Jorge Kaczewer
Como dijeron los compañeros, el problema que genera esta crisis de paradigmas donde un país entero se ve sometido a los designios de intereses económicos, y su impacto sobre la salud, a todos nos debe preocupar. Tengo entendido que hay presentes nutricionistas, profesionales de otras ramas biológicas.
La cantidad de datos que confirma que no sólo el modelo está pensado en función de intereses económicos, sino que también está pensado en función de cómo de la mano de esos intereses económicos se pueden resolver otros problemitas que enfrentan los dueños de esos intereses, como ser, cómo hacemos para honrar a nuestro viejo Maltusse, cuando decía que nuestro problema de superpoblación se va a resolver cuando aumentemos la tasa de mortalidad, de las poblaciones de bajos recursos del planeta.
No sé si saben que salió un libro “El planeta explota” que defiende los OMGs, y falseando datos sobre el tema de la superpoblación.
Lo que vamos a tratar de trabajar hoy es cómo el modelo de la soja implica toda una perversidad muy minuciosa y detalladamente pergeñada en centros científicos para, mediante ese modelo, influír sobre la salud de la gente de modo tal de obtener más control, más poder, más poder de decisión y de conducir rumbos.
Esto quiere decir que puede resultar un poco tirabombas, pero viendo la historia de cómo se desarrolló el complejo de la soja, hoy podemos decir que si podemos cuantificar en un 100% el poder de control, supongamos, en un contexto de globalización, el complejo de la soja le provee a EEUU un 35% de poder de control mundial, y gran parte de ese poder está ejercido mediante la denegación a las poblaciones de su derecho natural de gozar de una constitución física, normal, natural, que le permita pensar inteligentemente, actuar conscientemente y vivir independientemente. Eso es lo que se busca mediante esta desmedida instalación del complejo de la soja en nuestras vidas
Decía bien Galli que una forma no adolescente de hacer esto es difundir la información correcta y a su vez, como el paradigma que gobierna la mente de los dueños de este complejo mundial y de sus asesores científicos, gran parte de su éxito lo obtienen logrando que los científicos padezcan una ceguera selectiva.
Malinterpretan o ignoran la evidencia científica. Por ello a muchos de esta sala que no tengan formación científica, tal vez esto suene como un bombardeo de datos. Estuvimos hace poco con la directora de nutrición materno infantil, y ella admitió que gran parte de no poder dictar políticas en el ministerio es por no tener los datos.
El gobierno nacional tendría que solventar esto y no nosotros estar haciéndolo ad-honorem, lo cierto es que nuestra persistencia va a tener éxito, ya que han pensado en generar un evento en el que recopilar estos datos y entonces a partir de allí, generar políticas.
Ya que toda la soja en el país es transgénica, ya hoy hay evidencia suficiente para aseverar que no necesitamos ingenieros genéticos modificando nuestros alimentos, es más, la evidencia es catastrófica, en realidad tampoco necesitamos terroristas fundamentalistas, porque tenemos ingenieros genéticos.
Los efectos son catastróficos, el nivel de corrupción que ha alcanzado a la ciencia misma. La ciencia está impregnada de intereses comerciales, las corporaciones están comprendo departamentos enteros de universidades públicas, esto quiere decir, no solo en la parte agronómica sino en la parte biológica, en la parte médica, centros prestigiosísimos, los mayores centros mundiales de investigación están siendo comprados mediante subsidios de 50 millones de dólares, 200 millones de dólares, para que esa cátedra entera con su personal, trabaje durante un tiempo y solo reciba un 5% de las ganancias, a veces.
En el caso de la fitomedicina, también, ocurre, y esto tiene que ver con la soja, porque ya la soja ha invadido las farmacias, y las mujeres, sobre todo deben saber esto, están en mucho riesgo si consumen comprimidos de isoflavona de soja, pero esto es un desarrollo que responde al mismo patrón perverso, porque por ejemplo las multinacionales farmacológicas están en la selvas de todos los países americanos, obteniendo germoplasma, obteniendo sustancias que luego van a usar en sus laboratorios, y siempre es el mismo patrón, 5% para el país, y el resto todo para los otros.
El tema que la soja sea transgénica, tampoco hay dudas ya en los hechos científicos acumulados hasta el presente, son contundentes, y revelan los riesgos de persistir esta tendencia de modificación genética de nuestra reserva alimenticia.
Tenemos una muy buena noticia y es que se ha presentado un documento producido por un panel independiente de científicos mundial, totalmente multidisciplinario… virólogos… agrónomos… y este panel no sólo ha reunido toda la evidencia científica generada en los últimos años, que estaba en el proceso de hacerse y la ha ordenado, sino que además ha juntado la evidencia de los últimos dos años, y la evidencia es pasmosa, confirma todos estos puntos perfectamente, yo voy a tratar de ir rápido.
El glifosato (muestra filminas y explica los datos de la transparencia).
Ellos aprobaron la soja sobre la base del concepto de equivalencia sustancial, y admitieron, años después, Monsanto, que había diferencias en los componentes. Los componentes más importantes son los tóxicos, también los beneficiosos. Todos los productos beneficiosos, se vio después, de la planta de soja, se disminuyen en la variedad transgénica, y todos los productos tóxicos aumentan en la variedad transgénica. ¿Qué negocio hicimos con esta modificación? Arruinar la salud.
Ahora vamos a ver el importante impacto que tienen las isoflavonas de la soja… (Muestra filminas y explica). Estos son los lignanos, otros flavonoides… Pero todos son muy parecidos a la hormona sexual femenina, humana. El 17 betaestradiol. Menciono esto ahora el principio para que empiecen a imaginar qué paso en 1950, cuando se descubrieron los fitoestrógenos y los científicos norteamericanos que ya habían sentado las bases del complejo mundial de la soja, en cuanto complejo para la producción intensiva de animales. Hasta el 20 se le daba soja al ganado, pero no se había podido impedir que disminuyera la tasa de muerte del ganado. (Explica)
Se empezó a diseñar el complejo de producción intensiva de carne animal. En el año 50 se descubrieron los fitoestrógenos. Y hubo un revuelo muy grande… los científicos sabían que eran disruptores hormonales, y sin embargo le metieron pata al fondo.
Hasta lo consulté con un científico y un científico argentino que trabaja en (da nombre del laboratorio), el Dr. Malosovsky, me contacté con él, sobre los efectos de las isoflavonas sobre el cerebro de los niños, porque empecé a tomar contacto de mucha evidencia de cómo las isoflavonas afectaban la conciencia humana.
Yo quería chequear si podía ser tan perverso. ¿Preguntar si ésto está concebido o les salió de carambola? Le pregunto a este médico y me dice: “Mire, Dr., en este tema con la soja transgénica, no hay ninguna investigación programada para estudiar ni se va a hacer, y acá yo como muchos otros colegas tenemos una opinión formada… y lamentablemente no conviene que me explaye al respecto… lo que me quiso decir entre líneas es que sabían, pero no tenían autorización para hablar.
(Muestra) Estos son los papers que Monsanto presentó ante la Food And Drugs Administration para validar la comercialización de la soja transgénica. Todos, todos, absolutamente todos los científicos intervinientes son científicos de Monsanto, o de organismos solventados por Monsanto.
La CoNaBia, nuestros científicos asesores del gobierno, en materia de transgénicos, y dicen que son muy rigurosos, yo no sé si se tomaron el trabajo de leerlos, porque cuando algo lo dice la FDA es palabra santa. Lo cierto es que algunos parecen más que estudios científicos, estudios para, por ejemplo, aprobar las normas sanitarias de comercialización de pollos parrilleros, con poblaciones de animales muy pequeñas, con errores científicos de tipo 1, con tiempos de experimentación extremadamente cortos. Para los que manejan el tema de cómo debe ser una investigación científica, es bastante lamentable.
Los riesgos son mucho peores que el mero riesgo de estar consumiendo un transgénico. En el caso del complejo mundial de la soja, data de mucho antes de la aparición de la soja OMG, entonces debemos dividir el estudio de los riesgos en los riesgos del consumo de soja convencional o hasta soja orgánica, y los riesgos del consumo de soja OMG.
Con la soja convencional los riesgos que tienen que ver con la salud humana pasan por los antinutrientes que tiene la soja.
El problema de por qué no darle a los chicos es por el ácido fítico, bloquea la absorción digestiva de minerales, es por inhibidores de la tripsina, hormonas necesarias para la digestión proteica, pero que también es un depresor del crecimiento.
El contenido de lectina también es importante, porque es un alergeno muy fuerte… (Sigue y explica alergenicidad). El problema fundamental son las isoflavonas porque tienen un gran potencial de impacto tóxico sobre todos los sistemas del organismo, y digo TODOS, óseo, circulatorio, digestivo, realmente todo.
Esta propiedad polifacética de afectar todo, también se extiende a la capacidad de la soja de disfrazar todo, meterse en todos lados y abaratar todo, brindando ingresos rápidos para los que manejan el complejo. Realmente no existe en el planeta otro vegetal como éste, 1000 veces más isoflavonas que cualquier otro.
La investigación que se tendría que haber hecho para aprobar la soja, no se hizo, y por eso también estamos preocupados del consumo de OMG no sólo soja. Los primeros trabajos decían que los pequeños pedacitos de código transgénico se absorbían en el intestino y permanecían intactos, recuerden que estos científicos de Monsanto simularon el aparato digestivo con un alambique, una especie de bolsa gástrica con un liquido que simulaba el jugo gástrico encima de un banco de laboratorio, y la condición dentro del cuerpo humano es muy diferente.
Ellos decían que el ADN se degradaba completamente. Esto no es así, se comprobó que persiste en el organismo, no en cadenas suficientemente largas como para que esa cadena sea un gen y codifique una proteína, pero en la mayoría es degradado hasta un punto en que cadenas más cortas penetran al torrente sanguíneo generando reacciones inmunológicas.
Ustedes saben que son bien conocido en medicina los trastornos de reacciones inmunológicas al ADN y al ARN, no sólo en el tracto sanguíneo pueden producir esto, sino también artritis, dolores articulares. Nuestras guardias están atestadas de pacientes que concurren con dolores articulares, y mucho de esto puede estar debido a una lesión de esfuerzo repetitivo de nuestro sistema inmunológico producido para rechazar esta sobrecarga de estímulo hacia la inflamación.
Muchas enfermedades autoinmunes necesitan un gatillo como éste para desencadenarse, que es la agresión continua, repetitiva, cuatro veces por día a ritmo horario al sistema inmunológico mediante el pasaje de transgenes a la sangre.
Esto fue absolutamente confirmado, así como también que los transgenes pueden ingresar a las células y como tienen dentro del paquete genético copias de virus muy patogénicos que tienen un alto poder de capacidad de invasividad, ese pedacito de transgen puede adosarse a nuestro código genético, y también se demostró que las madres lo pasan a sus fetos.
Por supuesto que dentro de las pruebas que estarían requeridas en el caso en que realmente quisiéramos aplicar la ciencia a este estudio, faltó la experimentación a largo plazo. Las isoflavonas… ¿Cómo hacemos para que la gente no salte como estamos saltando ahora? Y, vamos a joderle el cerebro, vamos a joderle la capacidad de reproducirse, vamos a aumentar deliberadamente las tasas de mortalidad de la población. Entonces, a partir del año 90 cuando se produjo tanta soja por primera vez que excedió la necesidad de los feed lots de los grandes complejos productores de carnes, a partir de los 70 ya se empezó a bombardear a la gente con soja, pero resultó que la gente medianamente educada la identificaba como una comida para pobres, y entonces empezó a aparecer disfrazada, aparecieron los aislados proteicos, la proteína vegetal texturizada, y los argentinos desde hace 30 años consumimos MUCHA soja, más soja que nunca sin saberlo.
Acá se empiezan a delimitar las áreas de riesgo, un área de riesgo es el consumidor de la soja forrajera transgénica, pero no toda en el país es así, entonces el que consume aún soja convencional, lo viene haciendo desde hace 34 años, cuando toda la soja era convencional. En el 70 es que Argentina se alineó con los EEUU ante la primera vez que EEUU casi hace un embargo de sus exportaciones porque fallaron cosechas, Argentina salió a auxiliar y quedo alineada en el complejo de la soja.
¿Qué pasa con la cantidad de isoflavonas que venimos consumiendo desde hace 30 años? ¿Hay estudios que están documentando el impacto de esa cantidad de miligramos diarios de isoflavona que entra al torrente sanguíneo? Lamentablemente hay muy poco y un científico de la propia FDA alertó sobre el impacto tiroideo, particularmente la genisteía, y ahí empezó un poco la controversia.
El complejo de la soja es perverso. Uno puede ver al meterse en la investigación científica y viendo cómo los gerentes de las multinacionales compraron firmas de científicos y la literatura del complejo de la soja está infectada de papers ridículos donde a todos estos antinutrientes que mencioné, ¡ya se les han encontrado propiedades saludables! Porque si tenemos que venderles ahora, a los que antes no lo aceptaban, ahora, al instruido en las grandes ciudades, que busca comer menos proteínas por el colesterol, entonces hay que mentirle. Y que los gobiernos bajen políticas de convencer que comer soja es saludable.
Los inhibidores de proteasa (presentado sobre filminas). Ya se les atribuye que inhiben la expresión de oncogenes, que los lignanos son antitumorales, que los fitatos, que son los que inhiben la captación intestinal de minerales, son antioxidantes ¡Entonces como está tan difundido combatir el stress, vamos a comer soja! ¿Por qué los chicos hacen tantas caries? ¿No es por el azúcar del jugo, es por la cantidad de isoflavonas, que deprimen el sistema inmunológico! Se ha evidenciado una disminución del tamaño del timo. La soja inhibe una cantidad de pasos enzimáticos dentro del metabolismo humano, que finalmente luego de una investigación que me tocó hacer, de una por una, las enzimas y encontrarlas en trabajos en la literatura me di cuenta de cuan hábilmente está esto pergeñado.
Por ejemplo te dicen la genisteina es anticancerígena, es cierto, pero no inhibe solamente en el tumor, sino en el cerebro, ¡y nosotros necesitamos en el cerebro para que funcione! ¿Está claro como piensa esta gente? Manejan un nivel de inteligencia atroz. Por ejemplo (… varios mas)
Hace medio año también se descubrió que el herbicida que se usa con la soja transgénica tiene un efecto inhibidor de una proteína reguladora en la síntesis de esteroides. Quiero decir: apuntaron directamente al sistema hormonal de los seres vivos, de los humanos, con la intención de esterilizarlos, de lograr una falla reproductiva (…)
En esta cultura light del bajo colesterol, la soja entró en las casas argentinas medianas de padres de familia instruidos de la mano de la salud cardiovascular, pero básicamente entró cuando los cardiólogos argentinos empezaron a prescribir dietas con bajo contenido graso. Por lo tanto, chicos coman menos carnes, mete un poquito de soja, así tenés proteína completa. Después se vio que tampoco tiene proteína completa, que hay que balancearla con un cereal para que realmente sea completa. Y todo esto se basa en la teoría de que la placa arterioesclerótica… (explica)
El culpable de la placa arterioesclerótica no son los lípidos, hay muchos otros factores, pero fíjense lo que es la voracidad de dinero de este complejo que se traga todo, nos empezaron a bombardear con los concentrados proteicos de soja hace 20 años, pero ahora en que la soja es OMG ya tenemos a las instituciones regulatorias mundiales como la FDA totalmente aliada con este pulpo generador de dinero que es la soja transgénica, al punto que hace un año y medio la FDA aprobó la licencia para que las empresas productores de alimentos con soja pongan en la etiqueta de que el consumo diario de 25 gr de proteínas de soja 4 veces por día promueve la salud cardiovascular!!!
La asociación de dietistas salió al cruce, y señaló que “no conocemos ninguna experimentación que en un escenario no experimental diga que el consumo de soja es efectivo en cuanto a la reducción del colesterol sanguíneo”.
El carnivorismo no tiene nada que ver con la enfermedad cardiovascular. Lo que tiene que ver es el consumo en exceso de ácidos grasos trans, todos los aceites que consumimos del súper, que atravesaron procesos industriales bastante fuertes en cuanto a las sustancias químicas, presión y temperatura involucrada, alta temperatura, presión, solventes, solución alcalina, hexano, quedan tóxicos (lee filmina).
Esto es lo que estamos comiendo son el sojola, que dice que es de primera presión, y es mentira: no se puede hacer aceite de soja de primera presión, porque si la soja no pasa por esta previa cocción a alta temperatura no se puede presionar y no se saca nada de aceite.
La verdad sobre el tema de la salud cardiovascular es el tema de los ácidos grasos trans, la ingesta de grasas polisaturadas, azúcar y otros carbohidratos, tabaquismo, obesidad, además del factor anímico que es fundamental.
Los supermercados argentinos, si uno llena el carrito, el 70% de lo que llena el carrito tiene soja. La parte de isoflavonas es importante, la proteína aislada da concentración y amplifica por gramo la cantidad. Las proteínas de soja son las que más concentran isoflavonas, fíjense: un vaso de jugo de soja por día y una taza de porotos de soja por día, equivalen a una dosis diaria de 300 ml de isoflavonas, y con 60 miligramos diarios suministrados a una mujer adulta con su sistema reproductivo indemne, a los 21 días se produce una alteración del ciclo menstrual, se alargan, se produce un hipertiroidismo subclínico.
Es una cantidad de datos avasalladora que está oculta, no está en los diarios, no está en los noticieros, no está ni siquiera en las facultades. Hay que salir a buscarla como si uno hiciera una expedición.
El curro de la terapia del reemplazo hormonal responde a un interés de los laboratorios que inventaron la producción de hormonas sintéticas. En segundo lugar las poblaciones aborígenes no padecen de síntomas de menopausia (explica).
Como decíamos, todos los sistemas se hallan afectados por el sistema de la soja. Realmente es un arma potentísima. Y ha sido muy inteligentemente utilizada.
Tiene un efecto cancerígeno, como todo disruptor hormonal, la comés hoy y el cáncer te lo agarrás dentro de 10 o 15 años, los efectos se ven a largo plazo en la mayoría de los casos y es muy difícil, porque 15 años después quién se acuerda de que iba al súper todos los días, cuando cambiaron sus hábitos dietarios… es imposible de rastrear…(sigue con ejemplo) Este es un mensaje dirigido a los médicos que están poniendo las manos en el fuego por las isoflavonas de la soja. Apliquemos el principio de precaución.
Es falsa la afirmación de que en Oriente se consume soja, salvo las formas sanas de la soja, que es el tofu y el miso. Cuando las fábricas de proteicos de soja solicitaron la aprobación de la proteína de soja, elevaron un paper que fue contestado por un toxicólogo y gracias a eso los aislados proteicos de soja no recibieron su aplicación Grass, que se usa para aditivos alimentarios.
Y las leches, las formulas infantiles, ¿sobre la base de qué se hacen? Sobre la base de proteína aislada de soja, la leche que va a comprar a la farmacia para los niños (otra población argentina que está en riesgo) y son los niños que reciben leches artificiales en base a soja, en latas hechas en base a proteína aislada de soja, ahí realmente es donde se corrobora esto que decíamos. Las empresas cuando elevaron sus papers han falseado sus datos de potencia comparativa entre las isoflavonas, potencia comparativa al estrógeno, por ejemplo.
Ahora, ustedes fíjense que nos vienen advirtiendo sobre no consumir plastificantes y todas las sustancias que pueden ser disruptoras. Si comparamos la ingesta diaria de isoflavonas y de todo el resto de los disruptores endócrinos, comemos 100 veces más provenientes de la soja que de toda la industria mancomunada del planeta junta. kaczewer@arqa.com (esta explicación fue muy combinada con filminas. El Dr. Kaczewer ofrece el envío de los materiales)
Dr. DARIO GIANFELICI
La verdad, yo creo que debe ser bastante pesado recibir toda esta info y encima seguimos, esto no termina aquí… Yo soy médico de atención primaria, rural, vivo en una población de Paraná, en Entre Ríos. Durante los períodos que corresponden al actual barbecho químico, que es como se prepara la tierra para recibir la soja, y durante el tiempo que la soja está creciendo, vivimos fumigados. Es decir, los avioncitos pasan sobre nuestras cabezas constantemente y los pacientes muestran efectos determinados por los agroquímicos, y esto empieza a generar problemas.
A mí me despiertan ciertas dudas, cuando en mi práctica como médico general se mueren bebés de partos normales, y aparece otra patología que hasta ahora no era tan frecuente, un embarazo donde hay placenta, bolsa, pero no hay bebé, se elimina solo en dos o tres meses, con riesgo físico y mental para la mamá, imaginen una pareja joven que intenta construir su familia y fracasa permanentemente por esta patología.
Entonces, como médico de atención primaria, me dije que hay que tratarlo desde ese punto de vista. Abarcando un triángulo afectada por la soja, las isoflavonas, los antinutrientes y todo esto que pretenden hacernos comer, y también por este hecho de los agroquímicos con los que nos fumigan permanentemente y en relación directa con el medio ambiente, porque los productores, los avioncitos, los tractores fumigan perdices, zorritos, pajaritos, lo que cruce.
¿Y por qué la economía, en todo sentido? La economía tiene que ver con la salud, porque todo esto va a producir enfermedades que van a aumentar el costo de la salud, porque todo esto va a caer sobre un sector más pobre que es crítico sobre todo en nuestra provincia que atraviesa un momento terrible en el sector salud.
Y la economía tiene que ver con el ambiente porque si seguimos regando glifosato permanentemente en pocos años estos campos no van a servir para cosechar soja, pero no van a servir para cosechar nada, y nosotros vamos a necesitar producción agropecuaria ahora para salir de la crisis actual, pero también dentro de diez años.
Entonces, todo esto está relacionado y tiene que ver con el problema de la soja.
Cuando hablamos de economía, hablamos de la economía doméstica del productor. Este ha aprendido a manejar este elemento que si ustedes transitan por la provincia de Entre Ríos lo van a ver: el silo bolsa o silo chorizo, es un sistema por el cual el productor mantiene la soja en su campo, en su mano, con la intención de no entregarla al final de la cosecha, porque vale menos. El productor hoy sale a la puerta de su casa y ve esto y ve dólares, pronto no va a ver sino miseria.
Y asociada a esto que tratamos de ampliar aquí en la foto, que es el bidón de round up, omnipresente. ¿Y cuales son estos monstruos que nos atacan y que permanentemente estamos sufriendo? Entre algunos otros, hay fundamentalmente tres: Glifosato y 24D que son herbicidas, y endosulfan que es un insecticida. Con las condiciones climáticas que hemos tenido, hubo calor y humedad, la soja rebrotó y entonces aparece esto de que la soja es una maleza, y como es maleza tenemos que fumigarla, pero no la vamos a fumigar con glifosato, si la soja por esencia es resistente al glifosato, entonces la fumigamos con paraquat, un viejo herbicida que corroe metales, tengan idea lo que significa una gota de paraquat en la piel, si corroe metales. ¡Vamos bien!
Entonces, resulta que con el glifosato vienen una cantidad de sustancias que no figuran en el marbete del producto porque son secreto comercial. ¿Qué ocurre? El glifosato es soluble en agua. No tiene capacidad siendo soluble en agua para atravesar las membranas de lípidos como son la piel, tanto de animales como de vegetales, entonces se le agrega un sufractante, que es la polietilendiamina que hace que el glifosato penetre dentro de la planta y actúe desde allí, porque es un herbicida sistémico, entra dentro de la planta y del poroto, por lo cual, señoras, lavarlo no sirve de nada.
Y todo esto hace que el glifosato, que en algún momento se nos dijo que es agüita del cerro, hoy día se sabe que es agresivo para los ojos, que produce inflamación en la piel, y que hay estudios de médicos suecos que lo vinculan con una forma de cáncer linfático.
Y si seguimos avanzando y volvemos al 24D, que es otro herbicida que se maneja junto con el glifosato, que es un derivado del agente naranja, era aquel producto que usaban en Vietnam para limpiar la selva y poder ver cómo se movía el Vietcong.
Yo les voy a leer una resolución nº 7 del 16 de abril de 2003, de la Dirección de Agricultura y Suelos de la Pcia. de Entre Ríos (lee, señala que ocasiona severos daños debido a la alta volatilidad del mismo, que los daños se traducen además en polución y bajos rendimientos en las cosechas, ocasionando pérdidas… severos daños al ambiente las personas y los bienes, y ante la necesidad de prevenir… resuelve: Art. 1: restringir el uso en todo el ámbito de la provincia de Entre Ríos del herbicida 24D hasta el 31 de agosto de 2003, autorizándose la venta hasta agotar la existencia…
Lo prohibimos, pero lo que está sigan vendiéndolo. Suspender hasta que el SENASA resuelva. El art. 3 dice “serán pasibles de las sanciones previstas quienes ocasione daños al ambiente o a terceros e infrinjan la presente resolución”. Parece ser que tanto insistir, algo se está obteniendo de las entidades oficiales. Parece ser que cuando se terminen los stocks, no vaya a ser que… se va a dejar de aplicar en Entre Ríos.
Vamos a pasar al endosulfán. Es importante y tiene mucha relación.
Es un insecticida organoclorado. Lo importante es su capacidad de actuar como disruptor endócrino, sumándose a las isoflavonas de la soja.
¿Qué son? sustancias químicas que suplantan las hormonas naturales, engañan a nuestro organismo haciéndole pensar que son hormonas: bloquean los efectos, les cambian el sentido, producen excesos y descensos en el equilibrio hormonal, pero lo más grave es que actúan especialmente durante el período en que el ser humano es más vulnerable, es decir intra útero, y pueden producir efectos mucho tiempo después, de manera que no se asocie una cosa y otra. Es sumamente perverso este mecanismo.
Y qué es lo que estamos viendo cuando hablamos de disruptores endócrinos? Fundamentalmente los símil-estrógenos producidos por endosulfán: son sintéticos, están hechos por el hombre, por lo cual nuestro organismo no tiene capacidad de metabolizarlo, porque no lo conoce, es una sustancia nueva, van a pasar 10, 15 o 150 años hasta que nuestro organismo produzca una enzima capaz de metabolizar los estrógenos sintéticos que estamos recibiendo a través de esos disruptores endócrinos sintéticos. Y producen una cantidad de enfermedades, que yo traté de dividir por sexo.
En el hombre:
- Criptorquidea, cuando empezamos a formar nuestro organismo, nuestros testículos se forman a la misma altura de los riñones, y después bajan hasta el lugar en el que deben estar, porque deben trabajar a una temperatura menor de la del cuerpo. La criptorquidea es el no descenso del testículo, con lo cual no sólo no cumple con la función de generar espermatozoides, sino que corre el riesgo de malignizarse, porque esta en un lugar que no le corresponde. La otra enfermedad es la hipospadias, es decir, normalmente el conducto sale de la vejiga y termina en la punta del pene. En la hipospadias termina en la mitad del pene, con lo cual ese nene no orina normalmente, sufre infecciones a repetición, y además, es imposible tener una vida sexual normal, con lo cual tendrá que ser intervenido.
- Cáncer de próstata: en esto van a encontrar las dos cosas, se dice que aumenta la incidencia de cáncer de próstata por sus efectos en momentos de la concepción o la gestación. Después se dice que lo previene, cuando se come soja con estrógenos. Esta es una discusión que tuve con un funcionario de la provincia, que, después de haberle enviado cantidad de información, me responde con una hojita que decía que la soja era buena porque prevenía el cáncer de próstata porque tenía estrógeno. Y yo le conteste: mi querido doctor, si usted quiere prevenir su cáncer de próstata tomando estrógenos, hágalo, pero le va a quedar la voz finita, por lo menos.
- Disminución de la cantidad y la calidad del esperma. Se calcula que la cantidad de espermatozoides en la eyaculación de los hombres promedio, a nivel mundial, se ha reducido en un 50%. Señores: si seguimos con esto nos quedamos sin gónadas. Vamos a tener que fecundar in vitro. Hay un estudio que hizo el Dr. Alejandro Oliva, andrólogo del Hospital Italiano de Rosario, con productores rurales de Santa Fe y Entre Ríos, y descubre que hay una alta incidencia de productores que tienen contacto con venenos agroquímicos, que tienen disminución en la cantidad, o nada de espermatozoides. Y finalmente la hipertrofia benigna de próstata, que admito que tiene algunos índices de discusión, porque tiene que ver con la edad, y ante un aumento de la expectativa de vida y es dable pensar que aparezca con mayor frecuencia.
En la mujer:
- El cáncer de mama, ovario u útero están directamente vinculados a las hormonas femeninas, es decir: disruptor endócrino= hormona femenina, así como las isoflavonas de la soja son = a hormonas femeninas.
- Endometriosis, desconocida, rareza, es hoy muy frecuente. Es la aparición en el epitelio que protege por dentro la matriz de la mujer, en otra ubicación que no es la matriz, cualquier sector del abdomen, o en nivel pulmonar. Es hormonodependiente. Con el ciclo menstrual de la mujer crece, sangra y puede producir severos cuadros de peritonitis hemorrágica cada vez que se produce un ciclo.
- El embarazo anembrionado, una verdadera plaga. Ustedes averigüen en medios rurales en donde se produce soja y van a ver que todos coinciden.
- Y esto determina un aumento en la morbimortalidad perinatal. El secretario de salud acaba de admitir que existe.
¿Qué nos estamos haciendo? Cómo sin ningún respeto, en bien de un beneficio económico actual, estamos hipotecando el futuro. Y digo esto porque vean ustedes (muestra foto en la que se ve el Hospital de ancianos que dirige, un alambrado perimetral, y del otro lado, soja) (luego muestra fotografías del suelo quemado por glifosato durante barbecho químico junto a las casas).
¿Hasta dónde vale la pena que nos estemos agrediendo de este modo?
(cierra mostrando imágenes de la Reserva Natural Educativa Montecito de Lovera, como contraparte de buen uso del suelo y la gestión de la comunidad)
gianfelici@uolsinectis.com.ar
LOS IMPACTOS DEL MODELO SOJAEXPORTADOR DEPENDIENTE
COMO VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS
Ponencia introductoria al debate sobre “¿Soja vs. Derechos Humanos?” realizado el 8 de agosto de 2003 en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Por Eduardo J. Vior, Dr. en Ciencias Sociales de la Universidad de Magdeburg, Alemania.
Cuando la Dra. Alcira Bonilla y yo concebimos esta mesa redonda como complemento de nuestro seminario sobre “Ética Ambiental” en la Maestría de Ética Aplicada de esta Facultad, pensamos en abrir una discusión pública interdisciplinaria capaz de trascender los marcos de la Universidad y aportar a la reflexión sobre la ubicación de Argentina en el mundo y el mejor rumbo a seguir. A esta intención de intervenir en el debate público responden tanto la organización de este encuentro como más especialmente las ideas con las que pretendo introducirlo.
Por razones de tiempo y atento a que muchos de los datos y hechos relativos al Complejo de la Soja ya han sido difundidos por distintas y calificadas fuentes en los últimos años, me limitaré a continuación a intentar demostrar en qué medida lo que los colegas del INTA denominan “la sojización” de la Argentina constituye un caso de violación de derechos humanos y las obligaciones que de esta constatación resultan para el Estado argentino y la comunidad internacional.
Para ello haré primero algunas precisiones metodológicas sobre el tratamiento de este problema desde la perspectiva de los derechos humanos, luego definiré lo que denomino “Complejo de la Soja” como estructura que produce múltiples violaciones de los derechos humanos, más tarde enumeraré los derechos humanos que nos interesan en este caso, procuraré demostrar la existencia de la relación causal pertinente y finalmente presentaré las obligaciones de intervención estatal e internacional que resultan de la constatación de las violaciones de derechos humanos.
Para poder hablar con certeza de una violación de derechos humanos debemos poder demostrar la existencia de una situación típica en la que un sujeto individual o grupal, por acción u omisión del Estado se ha visto privado o impedido en el ejercicio de uno de los derechos humanos enumerados en las declaraciones y convenciones internacionales vigentes, las más importantes de las cuales –por abarcar el conjunto de la comunidad internacional y haber sido ratificadas como tratados internacionales- son el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto de Derechos Civiles y Políticos, ambos de 1966. Ambos pactos, así como las demás declaraciones y convenciones internacionales de derechos humanos, son parte de los derechos fundamentales incorporados a la Constitución Nacional en la reforma de 1994, aunque absurdamente lo hayan sido en el artículo 75, que regla las facultades de la Cámara de Diputados.
Una vez que se ha constatado que existe una privación de derechos humanos, es preciso demostrar fehacientemente la responsabilidad del Estado. A partir de este punto se plantean las obligaciones del Estado para establecer o restablecer la vigencia de los derechos conculcados. En materia de derechos humanos los Estados tienen obligaciones de tres tipos: a) de protección, b) de respeto y c) de realización o puesta en vigencia. Según el carácter del caso o situación típica entran en cuestión distintos tipos de obligaciones que, a su vez, requieren la aplicación de distintos instrumentos y tienen distintos plazos de aplicación hasta alcanzar su plena vigencia. Así, por ejemplo, mientras que el Estado argentino pudo por simple acto administrativo –tal como lo hizo Brasil- prohibir la introducción de cultivos transgénicos hasta tanto se hubieran hecho los estudios sobre sus repercusiones sobre la salud y el medio ambiente y de ese modo proteger las “condiciones de existencia” de su población en los términos del art. 11 del Pacto sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, ahora la reparación de los daños producidos por la introducción incontrolada de este monocultivo y la puesta en vigencia de los derechos a “alimentación, vestido y vivienda adecuados”, para sólo citar un ejemplo, es una obligación del Estado argentino cuyo cumplimiento va a requerir años de esfuerzos continuados e ingentes medios.
Como Complejo de la Soja entiendo el conjunto de instituciones, agentes económicos, políticos y tecnológicos vinculados con la producción, comercialización y elaboración de la soja, así como el conjunto de conocimientos, prácticas sociales y mentalidades que lo caracterizan. En el mismo se combinan desde fines de los años 80 ingentes masas de capital, el desarrollo de las biotecnologías de cultivos transgénicos de la soja, la producción de herbicidas cada vez más potentes y duraderos, la reciente monopolización del mercado de insumos para la agricultura que pone a los productores en situación de dependencia respecto a sus proveedores de semillas y herbicidas, la consecuente concentración de la propiedad de la tierra para garantizar tasas de ganancia que permitan la reinversión, por lo tanto el despoblamiento y el éxodo rural, la pérdida de biodiversidad tanto como de la diversidad cultural, la reducción de la oferta alimentaria, la concentración de población en las grandes ciudades, la dependencia de los productores respecto a los acopiadores, la concentración de las exportaciones, la dependencia de la economía argentina de un único producto de exportación, su consecuente sometimiento a unos pocos mercados en los que colocar el producto, etc. Pero este complejo tiene alcance mundial, porque del lado de los consumidores (en nuestro caso y hasta la fecha, fundamentalmente la Unión Europea) las importaciones de soja sirven para mantener el actual esquema económico-social sin tener que introducir reformas estructurales.
Con este panorama, necesariamente incompleto y superficial, intento describir un modelo de desarrollo complejo y coherente, que sólo puede ser tratado en su totalidad y que, repitiendo las características y el modo de inserción internacional de la Argentina bajo la vigencia del modelo agroexportador dependiente del período de la República oligárquica de hace cien años, genera dependencia externa, desigualdad social y regional en lo interno y una degradación del medio ambiente que compromete las condiciones de habitabilidad del suelo argentino en el presente y para las futuras generaciones.
A partir de esta visión considero que están afectados los derechos humanos a “un nivel de vida adecuado, incluso a alimentación, vivienda y vestido adecuados y a una mejora continua de las condiciones de existencia”, tal como fueron sancionados en el art. 11.1 del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Asimismo veo como afectado “el derecho a la libre determinación” del pueblo argentino, tal como fue sancionado en el art. 1.1 del Pacto sobre los Derechos Civiles y Políticos, también de 1966, porque del Complejo de la Soja resulta una dependencia política, económica y tecnológica que condiciona unilateralmente la libertad de decisión de las autoridades democráticamente electas por el pueblo argentino. También el derecho a la vida, consagrado en el art. 6 del mismo Pacto, está afectado por un Complejo que quita a numerosos habitantes del país la posibilidad de trabajar y alimentarse. Una investigación detallada probablemente ponga de relieve otros derechos humanos conculcados por la expansión de este Complejo.
¿En qué medida podemos hablar en este caso de una responsabilidad estatal? En tanto el Estado, teniendo la experiencia de las consecuencias del modelo agroexportador dependiente de hace un siglo –o sea, a sabiendas de sus posibles consecuencias- permitió la introducción en el país de un modelo económico y tecnológico altamente nocivo para el medio ambiente y violador de los derechos humanos mencionados, lo alentó y sigue alentando y no adopta ninguna medida para reparar sus daños.
Frente a esta responsabilidad el Estado argentino está obligado, en cumplimiento de la Constitución Nacional y de los pactos y tratados internacionales firmados por el país, a adoptar las medidas pertinentes para reparar los daños producidos y restablecer la plena vigencia de los derechos conculcados. Está claro que las dimensiones de los daños ocasionados no permiten subsanarlos en corto tiempo, pero el Estado puede adoptar planes de mediano y largo plazo con sea finalidad y comprometerse internacionalmente a cumplirlos como lo hace con los acreedores internacionales. También está claro que los principales agentes de este Complejo son mucho más poderosos que el propio Estado argentino, pero éste puede convocar a un esfuerzo de solidaridad ciudadana para restablecer los derechos violados. Finalmente soy también consciente de que es imposible restablecer la situación previa a la introducción del modelo sojaexportador dependiente, pero sí es posible restablecer la vigencia plena de los derechos humanos en una nueva situación de desarrollo con equidad y justicia. La comunidad internacional, por su parte, está obligada a crear las condiciones políticas, económicas y tecnológicas que permitan al pueblo argentino recuperar el control democrático sobre su modelo de desarrollo sostenible, con equidad y justicia.
Colocar esta discusión bajo el primado de los derechos humanos no supone ninguna actitud angelical, sino reclamar con firmeza el cumplimiento de los compromisos contraídos, denunciar la injusticia como lo que es y sentar una base racional para la reivindicación de nuestras necesidades.
Se trata de poner en ejecución una voluntad de estudio, pensamiento y transformación orientada por la utopía realista de los derechos humanos. A este esfuerzo deseo contribuir con estas reflexiones. Muchas gracias.